sábado, 8 de enero de 2011

Smokers Outside the Hospital Doors

Es el título de una canción pero también es el reflejo de una manipulación. Porque lo han vuelto a hacer una vez más. Se han vuelto a reir de todos nosotros. Y una vez más nadie pondrá ninguna objeción.

Con la modificación de la ley que regula el consumo del tabaco en espacios comunes se demuestra de nuevo que para la clase política no somos más que marionetas bien sujetas por los cordeles de la "democracia". Lo grave no es la ley en sí (excepto para algunos fumadores compulsivos que no puedan aguantar un par de horas sin fumar un pitillo), sino la forma y el momento de publicarla.

Desde que empezaron a bombardearnos televisiones y periódicos con la entrada en vigor de la ley, las cenas de nochebuena y nochevieja, los ferreros, los cubatas y los amigos invisibles han estado acompañados de la eterna discusión sobre si está bien o mal hecha, si la gente la respetará o no, si será efectiva o no para "protegernos" de los malos humos. Y mientras nos enzarzamos unos con otros en aspectos tan simples como inútiles, la gasolina alcanza máximos históricos, los impuestos no paran de subir, la luz y los transportes públicos se convierten casi en artículos de lujo... todo ello con los fumadores a las puertas del hospital.

Igual que el dueño engaña a su perro con una galletita para que le obedezca, los eternos demócratas nos sirven en bandeja pequeñas e insignificantes cosas para que desviemos nuestra atención de lo que verdaderamente importa. Nuestra galletita del 2011 está en la mesa, y la estamos devorando. La cosa les funciona

1 comentario:

Richard Blaine dijo...

Una ley telón, que cuando se levante éste ya será demasiado tarde...

Buen post hamijo!