sábado, 19 de marzo de 2011

Terremotos, Convulsiones, Tsunamis, (Des)Esperanza

Una mañana normal en un día normal en un mundo subnormal pones la tele y te encuentras con esto: "La ONU aprueba la intervención militar en Libia". Y la cosa te da para sacar conclusiones de forma automática. No hay que ser ningún erudito para darse cuenta de ciertas cosas: que en tiempos de crisis maricón el último, que la misma Europa moralista que criticaba las intervenciones en la Guerra del Golfo y Afganistán ahora se mete de lleno en un conflicto armado porque está viendo que el precio de la gasolina se le va de las manos, que la ONU está llena de chupapollas, que la OTAN es una banda terrorista encubierta y legalizada, que como siempre el mundo lo dirigen cuatro hijos de puta y el resto solo tiene la opción de joderse, que el personaje político más astuto e inteligente que he conocido en mi corta vida se llama Angela Merkel, que el PSOE hace mucho que se ha quedado en PE... y a la par que aparecen estas pequeñas reflexiones en mi cabeza, a ella también acuden preguntas que seguramente no tengan respuesta concreta. ¿Por qué solo en Japón? ¿Qué tiene de especial? Ya que estamos, ¿para cuándo un jodido terremoto que se salga de la escala Richter y reviente en mil pedazos este puto mundo? ¿Por qué tiene que matarnos la radiación, con lo bucólico y romántico que sería que una ola gigantesca venida del medio de la nada destrozase fronteras, alambradas, jurisdicciones, tanques, aviones, coches, fábricas... y TODO lo que encontrase a su paso (incluídos todos nosotros)?
No sé si demasiado pronto o demasiado tarde, todo es relativo, pero ya he perdido la fe en el ser humano y en el mundo que ha creado... solo queda saber cuanto tiempo tardaré en empezar a odiarlo.